jueves, 11 de octubre de 2007

Continuación....."La Otra Mundialización", escrito por Dominique Wolton.



Regular las industrias culturales.

En Occidente, la libertad de información está tan ligada a la lucha política por la democracia, que cualquier idea de regulación en este sector es considerada todavía como un atentado a la libertad. Sin embargo, dicha idea no traduce por fuerza una postura liberticida sino que, por el contrario, es signo de la voluntad de proteger la libertad de comunicación. Se sabe desde siempre que la libertad de comunicación no puede existir sin leyes que la garanticen. Por ejemplo, todo cuanto atañe a la cuestión de los derechos de autor y de propiedad intelectual está directamente enlazado a esta problemática reciente de la libertad. Es preciso recordar, pues, tanto en el ámbito de la cultura y de la comunicación como en muchos otros, que la ley es condición de la libertad y no destrucción de esta.
Es preciso también limitar la descomunal concentración de las industrias de la comunicación, cuya fragilidad, por añadidura, es extrema. Vemos desmoronarse aquí y allá sectores enteros no sólo de las industrias culturales sino casi siempre del patrimonio. Las industrias culturales deben ceñirse de nuevo a su oficio inicial y abandonar la pura lógica financiera. ¡Es cuando menos asombroso que, entre 1992 y 2002, las más grandes empresas de comunicación (AOL-Time-Warner, Disney, Bertelsman, Vivendi Universal antes de su caída) hayan pasado a ser también las multinacionales más poderosas del mundo! En ningún otro sector de actividad se habría aceptado tan fácilmente semejante concentración sin plantear el problema de su compatibilidad con la lógica democrática. Esto dice mucho sobre la fascinación ejercida por estas industrias sobre las clases dirigentes. Recordemos simplemente que, 50 años atrás, se temía que la concentración de la prensa pudiese ser un obstáculo para la democracia, mientras que, hoy, industrias de comunicación concentran diarios, editoriales, televisiones, estudios de grabación, nuevos medios masivos, en un grado de poderío económico sin medida común con lo que sucedía en la década de 1930. Actualmente son muy pocos los que, en el plano nacional o internacional, se insurgen contra esta lógica de la concentración. Algunos hasta llegan a decir que la potencia y el poder de los grupos comunicacionales son garantía de la libertad de información.


  • Dominique Wolton es director de investigaciones en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS) y está al frente del laboratorio «Información, comunicación y retos científicos». En 1988 fundó la revista internacional Hermès (CNRS Editions), que dirige desde entonces. La revista tiene como finalidad estudiar la comunicación y sus relaciones con los individuos, las técnicas, las culturas y las sociedades desde una perspectiva interdisciplinar. Wolton dirige así mismo la colección «Communication», que creó en 1998 (CNRS Editions). A través de sus innumerables publicaciones, Wolton despliega una línea de investigación centrada en el análisis de las relaciones que mantienen la cultura, la comunicación, la sociedad y la política. Después de haber estudiado los medios, la comunicación política, Europa e internet principalmente, se ha interesado por las consecuencias políticas y culturales de la globalización de la información y la comunicación. Para Wolton, la información y la comunicación son uno de los mayores desafíos políticos del siglo XXI y la convivencia cultural, un imperativo que se ha de modelar para que se pueda poner en marcha la tercera globalización. Tras La otra mundialización (Editorial Gedisa, 2004), acaba de publicar en Francia Il faut sauver la communication [Salvar la comunicación] en febrero de 2005 (ed. Flammarion).Cargos Directeur du Laboratoire CNRS, UPS 2262, Information, communication et enjeux scientifiques Directeur du l'Institut des Sciences de la Communication du CNRS Fundador y director de la revista Hermès - Cognition Communication Politique, CNRS-Editions, París, desde su creación en diciembre de 1989. Director de la colección CNRS – Communication , CNRS-Editions, desde su creación en 1999. Miembro del Consejo cientifico del Cnrs Miembro del Consejo de administración de la holding France Télévision y de la cadena France 2. Miembro de la Comisión de Francia de l’UNESCO Miembro del Consejo cientifico del "Office parlementaire d’évaluation des choix scientifiques et technologiques" Président du Comité d'éthique du Bureau de vérification de la publicité (BVP) Directeur de la Cellule Stratégique de la Francophonie à l'Organisation Internationale de la Francophonie (OIF) Fonctions précédentes Miembro del "Haut Conseil de la Francophonie" (2004-2006) Président de la Commission spécialisée de terminologie et de néologie, Ministère des Affaires étrangères (1999-2005) Membre du Comité d'Ethique pour les sciences du CNRS (COMETS) (1993-2005) Membre du Comité consultatif national d'éthique pour les Sciences de la Vie et de la Santé (CCNE) (1997-2005) Director del Programa Comunicación del CNRS (1985-1997) Responsable del Programa Ciencia, Tecnología y Sociedad del CNRS (1980-1985) Fundador y director del Laboratorio Comunicación y política del CNRS (1987-2000) Miembro del Consejo cientifico de la Agence Nationale pour la Recherche (ANR) Profesor en el Instituto de Estudios Políticos de París (1992-1997) Miembro de las tres comisiones gubernamentales de reforma de los medios audiovisuales públicos: 1981 (Sr. Moinot), 1989 (Sra. Tasca) y 1996 (Sr. Campet).Distinctions Chevalier dans l’Ordre National de la Légion d’Honneur Chevalier dans l’Ordre des Palmes Académiques Officier dans l’Ordre des Arts et Lettres