c) Compresión/Aceleración/Expansión: No-linealidad.
Señor Burns
Así que, ¿Qué piensas de las estrellas de la música de hoy?
Lisa Simpson
Que distrae a las personas de los asuntos sociales importantes[1].
Siguiendo los rastros de Scott Lash podemos distinguir que la cultura tecnológica es no lineal. Las formas de vida que la componen no lo son. Para ello, debemos tener en cuenta las características de la información, a saber, la compresión, la aceleración y la expansión.
Compresión: como hemos afirmado con anterioridad, la información es comprimida en “bits”. Pero además, “las unidades lineales de sentido, como la narración y el discurso, se comprimen en formas de significado abreviadas, no extendidas y no lineales, como las unidades de información y comunicación.[2]” Recordemos que en los flujos, la información fluye de manera dispersa.
Aceleración: la tecnología hace posible que los mensajes, que la información, llegue a velocidades instantáneas. Como hemos visto, esto no deja tiempo para la reflexión pero además, se excede “lo lineal” en los acontecimientos, mayormente contingentes y cotidianos. Una vez comprimida la información, la aceleración excede la linealidad, no la suprime ni la rechaza. Lo lineal es excedido, de ahí “no lineal”, más bien se conforman mosaicos.
Expansión: “La cultura tecnológica es una sociedad red”[3], se encuentra por tanto expandida en posibilidad de sus distintas conexiones. “El vinculo espacial y el lazo social se rompen luego se reconstituyen como enlaces de redes no lineales y discontinuas”[4]. Si antes los lazos sociales se sostenían en los mitos de origen, hoy en día eso ha cambiado. Antes bien, el lazo social está sostenido, actualmente, en “comunicaciones”: “el llamado telefónico, el partido de fútbol televisado para todo el planeta, el último intercambio de e-mails”[5].
Los flujos de información implican flujos de comunicaciones. Internet, entre otras herramientas, funciona con flujos globales de información y comunicaciones. Esto no es ninguna novedad. Lo que nos debe llamar la atención es que la cultura tecnológica es multicultural. El mundo se configura como un mosaico de países, cada uno con una cultura particular. Las culturas son puestas en circulación, son comunicadas, como hemos dicho ahora son conocidas a distancia, caemos en la cuenta de que la reducción de la distancia, en las comunicaciones y las informaciones, nos conlleva a encarar las culturas antes distantes. Cuando se han abierto virtualmente todas las fronteras culturales caemos en la cuenta de que las mayores diferencias son culturales. Las culturas tecnológicas en tanto multiculturales “no implican la asimilación a una norma occidental, sino el ponerse en el lugar del otro concreto y particular, según la idea de Hannah Arendt. El multiculturalismo alude aquí no sólo al carácter (en mosaico) de un territorio geográfico dado. También se refiere a la identificación plural de individuos móviles y contenidos en redes transnacionales.[6]”
d) Espacios genéricos.
Lo otro que nos debe llamar la atención es la característica que herramientas como Internet denotan. Por un lado, la “no-linealidad”, por el otro la connotación “genérica” de su topología. Internet es un espacio genérico, lo cual quiere decir, y como obviamente podemos apreciar, que no es ningún lugar en particular. Las redes están ahí pero no ocupan ningún lugar particular, se pueden volver a repetir. La red no es algo que podamos indicar con una particularidad topológica, porque todos somos la red. Se pueden armar redes por momentos efímeros, fugaces, entre lugares equidistante a una velocidad instantánea. Las redes son genéricas. Otro ejemplo, más tangible de espacios genéricos son los aeropuertos, los aviones, los hoteles, los malls, las tiendas de marcas repartidas alrededor del mundo, por nombrar algunos. La información, como hemos dicho, está desarraigada, Internet como plataforma de su flujo también lo está. Apenas podemos imaginar las redes como “lugares o espacios en el aire”, suspendidas. Materialmente las redes pueden fluir en los cables eléctricos, de los postes en la superficie o en los subterráneos, por debajo del agua, o satelitales, o como la conexión inalámbrica nos muestra, sencillamente a través del aire. La cultura tecnológica es genérica y “es puesta en el aire”.
Otro espacio genérico, de importancia, es el laboratorio. Podemos decir que el laboratorio es un espacio genérico, en el sentido de que produce actualmente, prototipos de numerosas herramientas tecnológicas. Vemos que teoría y praxis son hoy inseparables, en el ámbito de la ciencia, esto se traduce en investigación y desarrollo al mismo tiempo, in situ. “En primer lugar la ciencia desciende, por así decirlo, de su autonomía pura para convertirse en tecnociencia. Segundo, constatamos el ascenso de las relaciones sociales cotidianas para transformarse, también ellas, en formas de vida de laboratorio.[7]” La visión de Bunz y Lash se entrecruzan nuevamente con respecto al arte. En el campo del arte es reconocida la figura del “estudio”, y los estudios también producen prototipos, además también implican una “co-autoría”. Asunto que ya hemos abordado con Bunz y que Lash resume así: “Como la ciencia, el arte desciende de su autonomía para convertirse en tecnoarte y vender sus prototipos en el mercado.[8]” Y en este punto debemos retornar a la discusión de la propiedad intelectual, esta vez desde la visión de Lash.
Señor Burns
Así que, ¿Qué piensas de las estrellas de la música de hoy?
Lisa Simpson
Que distrae a las personas de los asuntos sociales importantes[1].
Siguiendo los rastros de Scott Lash podemos distinguir que la cultura tecnológica es no lineal. Las formas de vida que la componen no lo son. Para ello, debemos tener en cuenta las características de la información, a saber, la compresión, la aceleración y la expansión.
Compresión: como hemos afirmado con anterioridad, la información es comprimida en “bits”. Pero además, “las unidades lineales de sentido, como la narración y el discurso, se comprimen en formas de significado abreviadas, no extendidas y no lineales, como las unidades de información y comunicación.[2]” Recordemos que en los flujos, la información fluye de manera dispersa.
Aceleración: la tecnología hace posible que los mensajes, que la información, llegue a velocidades instantáneas. Como hemos visto, esto no deja tiempo para la reflexión pero además, se excede “lo lineal” en los acontecimientos, mayormente contingentes y cotidianos. Una vez comprimida la información, la aceleración excede la linealidad, no la suprime ni la rechaza. Lo lineal es excedido, de ahí “no lineal”, más bien se conforman mosaicos.
Expansión: “La cultura tecnológica es una sociedad red”[3], se encuentra por tanto expandida en posibilidad de sus distintas conexiones. “El vinculo espacial y el lazo social se rompen luego se reconstituyen como enlaces de redes no lineales y discontinuas”[4]. Si antes los lazos sociales se sostenían en los mitos de origen, hoy en día eso ha cambiado. Antes bien, el lazo social está sostenido, actualmente, en “comunicaciones”: “el llamado telefónico, el partido de fútbol televisado para todo el planeta, el último intercambio de e-mails”[5].
Los flujos de información implican flujos de comunicaciones. Internet, entre otras herramientas, funciona con flujos globales de información y comunicaciones. Esto no es ninguna novedad. Lo que nos debe llamar la atención es que la cultura tecnológica es multicultural. El mundo se configura como un mosaico de países, cada uno con una cultura particular. Las culturas son puestas en circulación, son comunicadas, como hemos dicho ahora son conocidas a distancia, caemos en la cuenta de que la reducción de la distancia, en las comunicaciones y las informaciones, nos conlleva a encarar las culturas antes distantes. Cuando se han abierto virtualmente todas las fronteras culturales caemos en la cuenta de que las mayores diferencias son culturales. Las culturas tecnológicas en tanto multiculturales “no implican la asimilación a una norma occidental, sino el ponerse en el lugar del otro concreto y particular, según la idea de Hannah Arendt. El multiculturalismo alude aquí no sólo al carácter (en mosaico) de un territorio geográfico dado. También se refiere a la identificación plural de individuos móviles y contenidos en redes transnacionales.[6]”
d) Espacios genéricos.
Lo otro que nos debe llamar la atención es la característica que herramientas como Internet denotan. Por un lado, la “no-linealidad”, por el otro la connotación “genérica” de su topología. Internet es un espacio genérico, lo cual quiere decir, y como obviamente podemos apreciar, que no es ningún lugar en particular. Las redes están ahí pero no ocupan ningún lugar particular, se pueden volver a repetir. La red no es algo que podamos indicar con una particularidad topológica, porque todos somos la red. Se pueden armar redes por momentos efímeros, fugaces, entre lugares equidistante a una velocidad instantánea. Las redes son genéricas. Otro ejemplo, más tangible de espacios genéricos son los aeropuertos, los aviones, los hoteles, los malls, las tiendas de marcas repartidas alrededor del mundo, por nombrar algunos. La información, como hemos dicho, está desarraigada, Internet como plataforma de su flujo también lo está. Apenas podemos imaginar las redes como “lugares o espacios en el aire”, suspendidas. Materialmente las redes pueden fluir en los cables eléctricos, de los postes en la superficie o en los subterráneos, por debajo del agua, o satelitales, o como la conexión inalámbrica nos muestra, sencillamente a través del aire. La cultura tecnológica es genérica y “es puesta en el aire”.
Otro espacio genérico, de importancia, es el laboratorio. Podemos decir que el laboratorio es un espacio genérico, en el sentido de que produce actualmente, prototipos de numerosas herramientas tecnológicas. Vemos que teoría y praxis son hoy inseparables, en el ámbito de la ciencia, esto se traduce en investigación y desarrollo al mismo tiempo, in situ. “En primer lugar la ciencia desciende, por así decirlo, de su autonomía pura para convertirse en tecnociencia. Segundo, constatamos el ascenso de las relaciones sociales cotidianas para transformarse, también ellas, en formas de vida de laboratorio.[7]” La visión de Bunz y Lash se entrecruzan nuevamente con respecto al arte. En el campo del arte es reconocida la figura del “estudio”, y los estudios también producen prototipos, además también implican una “co-autoría”. Asunto que ya hemos abordado con Bunz y que Lash resume así: “Como la ciencia, el arte desciende de su autonomía para convertirse en tecnoarte y vender sus prototipos en el mercado.[8]” Y en este punto debemos retornar a la discusión de la propiedad intelectual, esta vez desde la visión de Lash.
e) Retorno a la Propiedad Intelectual 1.0
Pues bien, como hemos afirmado, los laboratorios científicos y los “estudios de arte”, producen prototipos. Esto últimos amparan los derechos de propiedad intelectual en la figura del “copyright”, en el derecho a la copia – un ejemplo básico son las compañías que producen “software informático[9]”. Debemos distinguir, sin embargo, el “copyright” de la “patente”. Los prototipos materiales se patentan, los prototipos de los laboratorios científicos[10]. Los prototipos simbólicos usan el “copyright”, los prototipos de los estudios de arte. La patente restringe la producción material, digamos por ejemplo, de un cierto medicamento. El “copyright” restringe la copia idéntica digital, por ejemplo, el del sistema operativo del software “Windows”. Ambas, sin duda, son formatos de la propiedad intelectual hoy en día. La propiedad intelectual al intentar restringir la copia idéntica digital es puesta “en el aire” también, porque su reproducibilidad[11] está en la red. Tradicionalmente la propiedad “se basa en la acumulación de capital; la propiedad intelectual, en la acumulación de información.[12]” Debe llamarnos la atención, en este punto, la concordancia de la visión de Scott Lash con Mercedes Bunz, la cual queda explicitada en lo siguiente: “La propiedad intelectual se basa en la acumulación de diferencia. Todo prototipo debe ser diferente del anterior. La propiedad intelectual se basa en la acumulación de símbolos y significado. Para que haya significado, debe haber una diferencia inteligible. (…) Hoy, la producción implica la invención crónica, la repetición crónica de la diferencia. La patente es la invención crónica de lo real; el copyright, la invención rutinaria de lo imaginario.[13]” La “invención crónica” es la “tolerancia productiva”, por tanto una lógica de la repetición. Si la propiedad intelectual se acumula en información y ésta se basa en la diferencia, la copia idéntica digital, es la máxima expresión de la posibilidad de la “diferencia inteligible”. Las compañías de software, no entregan un producto final, sólo versiones del mismo producto; diferencias en sus “actualizaciones”. Por tanto, “todo prototipo debe ser diferente del anterior”. La patente restringe la producción material y al mismo tiempo es “la invención crónica de lo real”. El “copyright” restringe la copia idéntica digital y es “la invención rutinaria de lo imaginario”. Nos cabe destacar otro aspecto de la propiedad intelectual: la marca registrada. A diferencia de la propiedad intelectual de la “patente” y el “copyright”, la marca registrada como formato de propiedad intelectual no tiene como soporte un prototipo. La marca registrada se configura en “el nombre” o “el logo”, no en el prototipo. Las marcas registradas son la instancia posterior a la patente y el copyright, se configuran una vez que el prototipo es puesto a disposición del público. La marca registrada produce valor como propiedad intelectual autorizada para existir. “La propiedad de una marca registrada prohíbe a todos los demás valorizarla.[14]” Actualmente, los “estudios de arte”, también se dedican a mejorar las marcas, aprovechando para ello la fusión entre arte y moda, que ya hemos abordado.
[1] Capítulo de la serie animada, “Los Simpsons”, titulado “Noticias Engañosas”, es el número 22 de la quinceava temporada.
[2] Ibidem, Pág., 46.
[3] Ibidem, Pág., 49.
[4] Ídem.
[5] Ibidem, Pág., 50.
[6] Ibidem, Pág., 50 y 51.
[7] Ibidem, Pág., 53.
[8] Ibidem, Pág., 53.
[9] Quizás la figura del software informático sea la más adecuada para ejemplificar el trabajo cognitivo, puramente informacional.
[10] Quizás la figura del laboratorio farmacéutico sea la más adecuada para ejemplificar la propiedad intelectual en forma de “patente”.
[11] Posibilidad de reproducción.
[12] Ibidem, Pág., 54.
[13] Ídem.
[14] Ibidem, Pág., 57.