Generación Post-Alfa.
Patologias e imaginarios en el semiocapitalismo.
Franco Berardi Bifo
Introduccion: Bifurcaciones.
Se podría contar la historia del siglo XX desde el punto de vista de sus bifurcaciones, es decir, desde el punto de vista de la alternativa entre máquinas de liberación del deseo y dispositivos de control sobre el imaginario.
En las historia de las vanguardias artísticas y de los movimientos revolucionarios se presenta continuamente la bifurcación entre la imaginación utópica y la disutopía real.
La pasión desestructurante del futurismo italiano se pone al servicio de la publicidad, dispositivo de control de la imaginación colectiva.
La alegria creativa del futurismo ruso se pone al servicio del terror bolchevique.
El surrealismo alimenta la ingienería de la imaginación (corporated imagineering). Las revueltas igualitarias se transforman en dictaduras de estado.
El movimiento creativo suministra fuerza de trabajo al semiocapitalismo.
En los últimos años he tratado de recostruir el laberinto de las bifurcaciones utópicas que siguieron a la explosión creativa del 68, hasta el momento clave del 77 cuando todas las utópias del siglo XX se convirtieron en su contrario. A partir de la reconstrucción de aquel laberinto he buscado interrogar las bifurcaciones presentes, las bifurcaciones que se abren continuamente en la proliferación de los posibles, en la historia de los movimientos, en la evolución del mediascape (sistema de mediático). En este libro he compilado apuntes de dicho trabajo. De cualquier modo, son confunsos como suelen ser los apuntes. Escritos en los años que siguieron la revuelta de Seattle – el primer acto consciente de masas de autoorganización del trabajo cognitivo – atraviesan campos disciplinarios diversos, del análisis sociocultural a la piscopatología, de la sociología de la comunicación a la teoría política. Su carácter es rapsódico, no organico. No se trata de una obra coherente. En algunos momentos parece delinearse una posibilidad de derribar las pesadas arquitecturas de la opresión; luego, súbitamente, las perspectivas vuelven a cerrarse, la conciencia se transforma en desesperación.
Las reflexiones que componen este libro fueron madurando en contextos diversos, en situaciones de movilización, de discusiones y de luchas que acompañaron la vida de los movimientos en estos últimos años. Por eso el texto no tiene un desarrollo lineal, sino más bien un andar rapsódico, hecho de saltos hacia adelante, de reconstrucciones históricas, destellos de esperanza y sombrías premoniciones. Se trata, en efecto, de la exploración de un continente ignoto para el que de nada sirven los antiguos mapas heredados de los siglos XIX y XX. Y cuando se exploran territorios desconocidos es inevitable proceder de manera recortada, volviendo atrás cuando la oscuridad se espesa, siguiendo inesperados resplandores que parecen iluminar el horizonte.
No existe un orden lógico o cronológico en la sucesión de los textos aquí reunidos. Hay temas que vuelven una y otra vez. El problema que los atraviesa es el de la transmisión de la herencia cultural y política del siglo XX a las generaciones que se forman en un ambiente tecnológico y comunicativo completamente transformado. Se trata, obviamente, ante todo, de la narración y el análisis de la historia de los movimientos revolucionarios, de las transformaciones sociales, de las formas de vida, de sensibilidad. Pero, sobre todo, se trata de encontrar modos capaces de transmitir un mensaje que no sea reducible a los contenidos discursivos ni a las configuraciones imaginarias. Aquí encuentra la política su dificultad más grande, tal vez insuperable.
La crisis de la izquierda que se manifiesta en el retroceso político de las fuerzas organizadas del movimiento obrero y progresista no es sino un epifenómeno de una crisis mucho más profunda: la crisis de la transmisión cultural en el pasaje de las generaciones alfabético-críticas a las generaciones post-alfabéticas, configuracionales y simultáneas.
La dificultad de la transmisión cultural no consiste en la dificultad de transmitir contenidos ideológicos o políticos, sino en la dificultad de poner en comunicación mentes que funcionan según formas diferentes, incompatibles.
La primera y más indispensable operación que se debe realizar es la de comprender la mutación de formato de la mente post-alfabética.
La primera generación que ha aprendido más palabras de una máquina que de su madre está hoy en escena. ¿Cuáles son las características esenciales de su formación?¿Cuál es su horizonte de conciencia posible, cuáles las formas de subjetivación?
El libro es concebido como una sucesión de bifurcaciones.
La primera, Utopía/Disutopía, está dedicada al año de la premonición, el 77 de los autónomos italianos y de las radios libres que es, también el año del No future de Sid Vicious, el año del homicidio Schleyer y de la tragedia de Stammheim.
La segunda, Conexión/Precariedad, está dedicada a las formas productivas y culturales que emergieron de la difusión de las tecnologías conectivas, a la emergencia de generaciones post-alfabéticas en las que se manifiestan signos de una mutación antropológica, psíquica, lingüística, y a la precariedad que domina las relaciones sociales y afectivas.
La tercera, Semiocapitalismo/Autonomía, está dedicada a la reestructuración técnica postindustrial que siguió a la revuelta obrera contra la cadena de montaje, y a la emergencia del cognitariado, clase virtual in-organizable del trabajo ¿Cómo es posible reconstruir autonomía en las condiciones del semiocapital?
La cuarta, Infósfera/Mediactivismo, analiza el proceso de formación de la infósfera de red, la construcción de sistemas de penetración en la mente colectiva, y a la emergencia de una competencia mediática de masas que lleva a la formación de un movimiento mediactivista.
La quinta, Psicósfera/Fragilidad, se desarrolla en torno a la sensibilidad de las primeras generaciones mediáticas, es decir, la generación videoelectrónica, aquella de los que nacieron después de llegada de la TV a colores – hacia fines de los años setenta y en los primeros años de los ochenta – y la generación conectiva, la que nació en los años noventa y crece en simbiosis con un retículo de inervaciones virtuales, prótesis imaginarias, prótesis psíquicas, prótesis biónicas.
La perspectiva que surge de mi análisis es la de una catástrofe del humanismo moderno. Pero toda situación de catástrofe abre una bifurcación: puede precipitarse en una espiral infernal, si se queda rehén de los dogmas dominantes; o, por el contrario, puede verificarse una ruptura epistemológica, puede revelarse una visión totalmente nueva de las relaciones entre los seres humanos, si se sabe ver la actividad más allá de las categorías de la economía, del crecimiento y de la ganancia.
El sujeto que se encuentre frente a la próxima bifurcación no puede ser el del trabajo cognitivo reticular precario. Sólo un proceso de autonomización del trabajo mental de la regla económica puede desactivar el dispositivo suicida del crecimiento capitalista que devasta el planeta. El trabajo cognitivo reticular precario es la función transversal capaz de recombinar los elementos sociales en permanente cambio según una regla no acumulativa, no competitiva, no agresiva.
La historia a la que asistiremos en los tiempos venideros es la de una rivalidad entre los tiempos de activación autónoma del intelecto colectivo y los tiempos del Apocalipsis. Si el intelecto colectivo no logra concatenarse más allá del comando del capital, no habrá salvación para el planeta y para los seres humanos que lo habitan. Extinción o barbarie parece ser la alternativa que se dibuja en el horizonte del siglo XXI.
Patologias e imaginarios en el semiocapitalismo.
Franco Berardi Bifo
Introduccion: Bifurcaciones.
Se podría contar la historia del siglo XX desde el punto de vista de sus bifurcaciones, es decir, desde el punto de vista de la alternativa entre máquinas de liberación del deseo y dispositivos de control sobre el imaginario.
En las historia de las vanguardias artísticas y de los movimientos revolucionarios se presenta continuamente la bifurcación entre la imaginación utópica y la disutopía real.
La pasión desestructurante del futurismo italiano se pone al servicio de la publicidad, dispositivo de control de la imaginación colectiva.
La alegria creativa del futurismo ruso se pone al servicio del terror bolchevique.
El surrealismo alimenta la ingienería de la imaginación (corporated imagineering). Las revueltas igualitarias se transforman en dictaduras de estado.
El movimiento creativo suministra fuerza de trabajo al semiocapitalismo.
En los últimos años he tratado de recostruir el laberinto de las bifurcaciones utópicas que siguieron a la explosión creativa del 68, hasta el momento clave del 77 cuando todas las utópias del siglo XX se convirtieron en su contrario. A partir de la reconstrucción de aquel laberinto he buscado interrogar las bifurcaciones presentes, las bifurcaciones que se abren continuamente en la proliferación de los posibles, en la historia de los movimientos, en la evolución del mediascape (sistema de mediático). En este libro he compilado apuntes de dicho trabajo. De cualquier modo, son confunsos como suelen ser los apuntes. Escritos en los años que siguieron la revuelta de Seattle – el primer acto consciente de masas de autoorganización del trabajo cognitivo – atraviesan campos disciplinarios diversos, del análisis sociocultural a la piscopatología, de la sociología de la comunicación a la teoría política. Su carácter es rapsódico, no organico. No se trata de una obra coherente. En algunos momentos parece delinearse una posibilidad de derribar las pesadas arquitecturas de la opresión; luego, súbitamente, las perspectivas vuelven a cerrarse, la conciencia se transforma en desesperación.
Las reflexiones que componen este libro fueron madurando en contextos diversos, en situaciones de movilización, de discusiones y de luchas que acompañaron la vida de los movimientos en estos últimos años. Por eso el texto no tiene un desarrollo lineal, sino más bien un andar rapsódico, hecho de saltos hacia adelante, de reconstrucciones históricas, destellos de esperanza y sombrías premoniciones. Se trata, en efecto, de la exploración de un continente ignoto para el que de nada sirven los antiguos mapas heredados de los siglos XIX y XX. Y cuando se exploran territorios desconocidos es inevitable proceder de manera recortada, volviendo atrás cuando la oscuridad se espesa, siguiendo inesperados resplandores que parecen iluminar el horizonte.
No existe un orden lógico o cronológico en la sucesión de los textos aquí reunidos. Hay temas que vuelven una y otra vez. El problema que los atraviesa es el de la transmisión de la herencia cultural y política del siglo XX a las generaciones que se forman en un ambiente tecnológico y comunicativo completamente transformado. Se trata, obviamente, ante todo, de la narración y el análisis de la historia de los movimientos revolucionarios, de las transformaciones sociales, de las formas de vida, de sensibilidad. Pero, sobre todo, se trata de encontrar modos capaces de transmitir un mensaje que no sea reducible a los contenidos discursivos ni a las configuraciones imaginarias. Aquí encuentra la política su dificultad más grande, tal vez insuperable.
La crisis de la izquierda que se manifiesta en el retroceso político de las fuerzas organizadas del movimiento obrero y progresista no es sino un epifenómeno de una crisis mucho más profunda: la crisis de la transmisión cultural en el pasaje de las generaciones alfabético-críticas a las generaciones post-alfabéticas, configuracionales y simultáneas.
La dificultad de la transmisión cultural no consiste en la dificultad de transmitir contenidos ideológicos o políticos, sino en la dificultad de poner en comunicación mentes que funcionan según formas diferentes, incompatibles.
La primera y más indispensable operación que se debe realizar es la de comprender la mutación de formato de la mente post-alfabética.
La primera generación que ha aprendido más palabras de una máquina que de su madre está hoy en escena. ¿Cuáles son las características esenciales de su formación?¿Cuál es su horizonte de conciencia posible, cuáles las formas de subjetivación?
El libro es concebido como una sucesión de bifurcaciones.
La primera, Utopía/Disutopía, está dedicada al año de la premonición, el 77 de los autónomos italianos y de las radios libres que es, también el año del No future de Sid Vicious, el año del homicidio Schleyer y de la tragedia de Stammheim.
La segunda, Conexión/Precariedad, está dedicada a las formas productivas y culturales que emergieron de la difusión de las tecnologías conectivas, a la emergencia de generaciones post-alfabéticas en las que se manifiestan signos de una mutación antropológica, psíquica, lingüística, y a la precariedad que domina las relaciones sociales y afectivas.
La tercera, Semiocapitalismo/Autonomía, está dedicada a la reestructuración técnica postindustrial que siguió a la revuelta obrera contra la cadena de montaje, y a la emergencia del cognitariado, clase virtual in-organizable del trabajo ¿Cómo es posible reconstruir autonomía en las condiciones del semiocapital?
La cuarta, Infósfera/Mediactivismo, analiza el proceso de formación de la infósfera de red, la construcción de sistemas de penetración en la mente colectiva, y a la emergencia de una competencia mediática de masas que lleva a la formación de un movimiento mediactivista.
La quinta, Psicósfera/Fragilidad, se desarrolla en torno a la sensibilidad de las primeras generaciones mediáticas, es decir, la generación videoelectrónica, aquella de los que nacieron después de llegada de la TV a colores – hacia fines de los años setenta y en los primeros años de los ochenta – y la generación conectiva, la que nació en los años noventa y crece en simbiosis con un retículo de inervaciones virtuales, prótesis imaginarias, prótesis psíquicas, prótesis biónicas.
La perspectiva que surge de mi análisis es la de una catástrofe del humanismo moderno. Pero toda situación de catástrofe abre una bifurcación: puede precipitarse en una espiral infernal, si se queda rehén de los dogmas dominantes; o, por el contrario, puede verificarse una ruptura epistemológica, puede revelarse una visión totalmente nueva de las relaciones entre los seres humanos, si se sabe ver la actividad más allá de las categorías de la economía, del crecimiento y de la ganancia.
El sujeto que se encuentre frente a la próxima bifurcación no puede ser el del trabajo cognitivo reticular precario. Sólo un proceso de autonomización del trabajo mental de la regla económica puede desactivar el dispositivo suicida del crecimiento capitalista que devasta el planeta. El trabajo cognitivo reticular precario es la función transversal capaz de recombinar los elementos sociales en permanente cambio según una regla no acumulativa, no competitiva, no agresiva.
La historia a la que asistiremos en los tiempos venideros es la de una rivalidad entre los tiempos de activación autónoma del intelecto colectivo y los tiempos del Apocalipsis. Si el intelecto colectivo no logra concatenarse más allá del comando del capital, no habrá salvación para el planeta y para los seres humanos que lo habitan. Extinción o barbarie parece ser la alternativa que se dibuja en el horizonte del siglo XXI.
Reseña sobre Franco Berardi Bifo encontrado en: http://www.lavaca.org/