domingo, 18 de noviembre de 2007

Continuación ...... ¿Acción de clase o movimiento social?


El modelo nacional-popular Latinoaméricano, su crítica, contradicción y la actualidad.

A simple vista podemos partir afirmando que “el modelo nacional-popular, en cuyo seno o por relación al cual se definen unos actores sociales que llevan a una acción autónoma menos de lo que responden a unas intervenciones del poder político …. se define ante todo por esa subordinación de los actores sociales al poder político, por la indiferenciación del Estado y del sistema político, por la coexistencia de objetivos modernizadores, económicos y nacionales en todas las formas de acción colectiva y por una fuerte desarticulación de la acción política y de las expresiones ideológicas en relación a los intereses económicos”[1].
La subordinación de los actores sociales al poder político puede resumirse en la sobrepolitización que sufrieron los movimientos sociales alrededor de toda Latinoamérica. Es como si cada actor social estuviese concadenado al otro logrando una relativa autonomía de los demás actores sociales, interdependiendo el uno del otro, hasta concretar la crisis política, social y cultural que se manifestó en todos los golpes de Estado que ocurrieron en Latinoamérica. Al respecto Touraine afirma que América Latina “Se caracteriza por cierta interdependencia entre lo social, lo político y lo estatal, lo cual significa a la vez una autonomía relativa de cada sector de acción colectiva y la imposibilidad de definir uno de ellos con independencia de sus relaciones con los demás”[2].

Lo descrito con anterioridad da cuenta de que hay una contradicción en el modelo nacional-popular latinoamericano. Puesto que “El sistema social y político latinoamericano aspira y rechaza al mismo tiempo, separa y amalgama a la vez, de suerte que todos los actores sociales participan, pero solo parcial y débilmente, en la transformación social por ella misma”[3]. Esta contradicción es el punto de crítica del modelo nacional-popular latinoamericano, critico en el sentido de que representa – lo afirmado con anterioridad – una situación poco definida. En otras palabras, “existe un sistema político, pero los actores sociales y el Estado mismo nunca se definen completamente por su participación en ese sistema”[4]. Hasta aquí podemos afirmar lo siguiente: por un lado las “clases” latinoamericanas carecen de la propia identidad de clase – en términos autónomos”- , a cambio, adoptan la figura de “pueblo”, surge el modelo nacional-popular, y por consiguiente, los “movimientos sociales”. Sin embargo, los movimientos sociales latinoamericanos carecen del “sujeto” – lo que Touraine reconoce en los movimientos sociales es que estos son la clase sujeto. En Latinoamérica no existió ni la clase, ni el sujeto que Touraine reconoce, ¿Entonces que tenemos? Surge el “movimentismo”, el cual representa una forma particular y propia de la región.

Movimentismo.

Brevemente podemos decir que el “movimentismo” es el “esfuerzo de unión o lugar de fusión entre la acción de los ciudadanos y la de los excluidos, entre las reivindicaciones del interior y las contestaciones del exterior”[5]. En resumen, lo que se ha tratado de hacer es buscar el punto de superación de la contradicción entre los intereses de los actores sociales y las necesidades materiales de los excluidos.

Además Touraine reconoce “tres niveles de conducta”:

1. la defensa comunitaria (seria la noción de “pueblo[6]”)
2. la integración social (seria la noción política[7])
3. movimientos sociales, mas presentes en la conciencia – a través de la memoria – que en la acción (seria la debilidad de los movimientos sociales[8])

Por ahora esta es la respuesta que mas se ajusta al caso específico de Latinoamérica. Sin embargo, y a pesar de las falencias, debilidades y carencias de algunas características que no se cumplen con la noción de movimiento social que existen – existieron mas bien – en Europa o América del Norte, es en América Latina donde “los actores populares siempre están presentes y sus protestas, políticamente débiles, reclaman con fuerza, y de modo constante, la ciudadanía social”[9].

Rodrigo Díaz.


[1] Touraine, Alain, “América Latina: Política y Sociedad”, Tercera Parte, “Intervenciones del Estado y Movimientos Sociales”, Pág., 285 y 286, Editorial “Espasa Calpe”, Madrid, España, 1989.
[2] Ídem, Pág., 286.
[3] Ídem, Pág., 287.
[4] Ídem, Pág., 289.
[5] Ídem, Pág., 288.
[6] Cabe destacar las nociones de; masa – lugar de los excluidos -, nación – lugar del ciudadano – y pueblo . imagen mítica de aquello que “debía ser”, entiendase la defensa comunitaria a través de esta noción.
[7] Una de las maneras de lograr la integración social era a través de la demanda de ajustes salariales por parte de los obreros, otra manera era la inclusión y la participación política, otra manera es la educación. Sin embargo, creo que es mejor considerar la parte política por que los actores sociales están subordinados a ella.
[8] Debilidad en tanto nunca será capaz de asegurar la participación total de las personas que componen un país en las transformaciones sociales que le puedan, o no, ocurrir, o que se puedan, o no, llevar a cabo.
[9] Ob., cit., Pág., 290.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola!! Soy un joven argentino amante de la ciencia y me encantaria q intercambiemos comentarios, desde ya, muchas gracias.

www.pensandoparanopensar.blogspot.com